«EL BAILE DE LAS LUCIÉRNAGAS» DE KRISTIN HANNAH

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En el caluroso verano de 1974, Kate Mularkey ha decido aceptar su papel de cero a la izquierda en la vida social de su instituto. Hasta que, para su sorpresa, «la chica más guay del mundo» se muda al otro lado de su calle y quiere ser su amiga. Tully Hart parece tenerlo todo: belleza, inteligencia y ambición. No pueden ser más distintas. Kate, destinada a pasar inadvertida, con una familia cariñosa pero que la avergüenza a cada momento, y Tully, envuelta en glamour y misterio aunque poseedora de un secreto que la está destrozando. Contra todo pronóstico, se hacen inseparables y sellan un pacto para ser mejores amigas para siempre.

Durante 30 años se ayudarán mutuamente para mantenerse a flote esquivando las tormentas que amenazan su relación: celos, enfados, dolor, resentimiento... Y creerán que han sobrevivido a todo hasta que una traición las separe... y someta su valor y su amistad a la prueba más dura.

Lo primero de todo. 
¿Por qué le habéis cambiado la portada al traducir al español esta novela? 
¿En serio? 
En el banner podéis ver la primera de la izquierda la versión DEBOLS!LLO, en el iPad la portada del e-book y de papel tapa "dura", y la última la versión original. Qué queréis que os diga: esta última me gusta muchísimo más, los colores y todo. Me recuerda mucho más a la novela, a esos paisajes, al mar, a las luciérnagas... No quiero decir que no me guste la edición que yo tengo (edición DEBOLS!LLO), pero siempre hay favoritos. 
Voy al grano, que como me ponga a hablar de portadas, saco tres posts más sobre parecidos, modas y críticas que se hacen, pero luego se copian. –Marta, ya, céntrate–. 

Vale, he de reconocer una curiosidad, ahora que no nos lee nadie: esta novela llegó a mí por casualidad y formaba parte de la documentación de mi Bilogía desastres. Es el libro favorito de uno de los personajes. No me preguntéis cómo llegó a mí esa relación, porque fue una luciérnaga y busqué una imagen y apareció la novela. Soy mucho de destino y casualidades, así que me tenía que hacer con el libro. 

Hay un capítulo escrito que comparte título con la novela de Kristin Hannah. Está escrita antes de leer esta novela y de ver la portada original y algunas más que existen por internet… Si leéis esta novela y Todos mis desastres, sabréis a lo que me refiero. 

Ahora al lío: la novela. 

La historia está dividida en cuatro partes, tres décadas que marcan la vida de las protagonistas: Katie Mularkey y Tallulah Rose Hart, Tully para los amigos. 


No me puede gustar más que a las décadas las preceda una canción (y más esas, son brutales) y además dicen mucho de la década que van a vivir las protagonistas. Bueno, y que la autora mete canciones que me gustan mucho, que me enamoran y que me hacen sentirme parte de la historia. 

Vale, todo comienza con la vida de Kate Mularkey, cuando en el colegio se queda sin amigas sin motivo aparente. Su familia es su refugio hasta que llega a la casa que hay cerca de la suya, la chica más guay del mundo. O eso le parece a ella. Tully es todo lo que a ella le gustaría ser: es guay, divertida, enigmática, fuma y su madre no le dice nada. Sí, lo sé: mala influencia en camino. Pero Tully esconde mucho detrás de sus perfectos vaqueros, sus cuñas y su maquillaje como el de las revistas. 

Kate tiene una familia perfecta a los ojos de Tully; Tully tiene la vida perfecta a los ojos de Kate. Algo que siempre nos pasa: queremos lo que otros tienen. Hay que reconocer que es normal que Tully quiera la vida de Kate (en algunos aspectos) porque su vida no ha sido ni normal ni perfecta. Pero ¿alguna lo es?
Lo sé, a veces soy insoportable.  
Tully le enseña a vivir a Kate y Kate… Kate se vuelve en el salvavidas –junto a su familia– de Tully. Reconozco que hay páginas en las que odie profundamente a Tallulah Rose Hart. Por no decir que casi hasta el final del libro tenía ganas de darles dos guantazos, pero creo que todas somos un poco Tully en algún punto de nuestra vida. 

Siempre, en todas las novelas, te identificas más con un personaje que con otro: yo soy mucho más de Katie. Su dulzura, sus miedos e inseguridades, su forma de ver la vida a través de los ojos de los demás, su manera de querer que todo el mundo sea feliz y ponerles a ellos siempre por delante de sus propias necesidades. Es que Tully me ha sacado de quicio a lo largo de la novela, pero he visto reflejada en ella muchas personas que han pasado por mi vida. 

No quiero contar mucho de la novela porque espero que la descubráis, la saboreéis despacito, como una buena copa de vino. Que viváis, sintáis y, sin remedio, lloréis por lo que estas amigas pasan, viven y sobreviven durante tres décadas. 

No puedo dejar de hablar de Johnny Ryan. Ese hombre del que me enamoré nada más leerle, que quise abofetear en un par de momentos y al que he adorado hasta el punto final de la novela. Con el que he reído, llorado y comprendido que el amor siempre será más grande que todo. 

Gracias, Kate, por el mejor consejo que me han podido dar: 
«A veces las personas te decepcionarán, las chicas pueden ser muy crueles las unas con las otras, pero no puedes dejar que eso te detenga. Si te hacen daño, te levantas, desempolvas tus sentimientos y vuelves a intentarlo».

Gracias, Tully, por verdades tan grandes como esta:
«Se levantó despacio y volvió a la fiesta, sorprendida de lo ciega que había estado. Si había aprendido una lección en la vida, era esta: la gente se va. Los padres. Los amantes.
Las amigas».

Gracias, Johnny, por demostrarme que hasta en los peores momentos, el amor puede con todo:
«Qué preciosa eres».

Y gracias por la forma de mirar a tu mujer en ese momento. 

Gracias, Kristin, por plasmar en papel la novela que necesitaba leer. Por enseñarme que: «¿Cómo podía convencerla de que había llegado a sus vidas de la bifurcación, la inevitable separación, pero que no era un abandono?». Que las amistades no se acaban. Hay veces que se bifurcan, pero al final los caminos vuelven a unirse si la amistad es de verdad. 

Me quedo con una frase de cinco sílabas que resume perfectamente la novela, la amistad, los enfados, llamarse cabrona cuando adoras a una persona, por correr en bicicleta por una cuesta y caerte, limpiarte y volver a pedalear; por la familia que te da una amiga, por estar ahí aunque la cagues, por pedir perdón aunque sea tarde; por el amor, por la vida: «Lo hemos hecho bien, ¿verdad?»

Sin duda leeré más novelas de la autora y si vosotras os queréis enamorar y situar esta lectura como una de vuestras favoritas, podéis haceros con ella aquí

Dos amigas

Kate Mularkey y Tully Hart

Un juramento

«Siempre seremos TullyKate. 
Mejores amigas para siempre».

Y toda una vida por delante

Tres décadas de amor, amistad y vida.







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1 Comments

  1. Yo leí este libro por que me hablaste de él, todavía no te lo habías leído, pero yo y mis ansias lo necesitábamos.. al final te hice caso y esperé a que lo leyeras, y bueno, que me encantó, que compartimos casi la misma opinión. Yo creo que es un libro necesario de leer, de los que te abren los ojos y te hacen pensar. Y sobre todo, dar las gracias por esas amigas que están en la distancia pero siempre están

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