La toxicidad es la capacidad de alguna sustancia química de producir efectos perjudiciales sobre un ser vivo, al entrar en contacto con él. Tóxico es cualquier sustancia, artificial o natural, que posea toxicidad.
Vale, la teoría la tenemos muy clara: tóxico es algo que nos puede hacer daño. Un veneno, una sustancia que nos puede matar, un líquido que nos puede destrozar por dentro; pero no sabemos identificar demasiado bien a las personas tóxicas que nos rodean, que nos roban energía y que quieren apagar nuestra luz.
Lo sé, es un post algo denso para un miércoles normal, pero creo que lo mejor para hacer que el 2019 sea un año mejor, debemos empezar a eliminar las cosas que no nos hacen bien –cosas, ropa, papeles, cajas, mierdas varias, personajes varios–.
No voy a haceros un MartaKondo, ni mucho menos.
Para eso ya tenemos en Netflix a “la Kondo” para que os enseñe a cómo doblar pantalones y meter doscientos en una caja de chanclas.
Ahhh, y os enseñará que sin chin no hay alegría.
Vamos con las limpiezas, poco a poco, no os agobiéis, que aún queda mucho año por delante.
Fuera todas esas aplicaciones que ni siquiera utilizas.
Te has descargado 50 aplicaciones de fotos, de retoques y filtros.
Fuera, no los necesitas.
No vas a ser Eve Arnold ni Richard Avedon con tu móvil. Y para filtros, es mejor la vida real, con imperfecciones o con el filtro de Kylie de Instagram.
No necesitas aplicaciones que no hayas usado, mínimo, en la última semana (si quieres, en este último mes).
Todo lo que no uses, que no te guste ya o que sabes perfectamente que no vas a utilizar, fuera.
Segunda: WhatsApp
No tengas miedo de decir adiós a ese grupo en el que ni siquiera hablas o nadie lo hace, que sabes que no te aporta nada y que no necesitas en tu vida.
Fíjate que seguro que en alguno de ellos estás tú sola: ha gente que tiene muy poca cara para unas cosas y mucha para otras. Un mínimo de educación al irte de un grupo: «Nos vemos por las redes», muletilla perfecta que se puede usar o «A tomar viento» mucho más gustosa.
Elimina conversaciones con personas que ya no hablas, harás hueco en tu vida y en tu móvil.
Además, si quieres guardar fotos o dichas charlas por lo que pueda pasar (sí, aquí hay que tener las cosas a mano) podéis enviaros una copia de la conversación a vuestro e-mail.
Tercera: tu ordenador, Tablet o iPad
Fuera todo lo que no te sirva, lo que vas guardando, como esos porsiacasos cuando hacemos la maleta.
Sé de lo que hablo, os lo aseguro, tenía los ‘marcadores’ llenos de enlaces que ni siquiera sabía para qué eran. Soy un poco Diógenes con el tema de enlaces para novelas, documentación, viajes, recetas, make up…
De verdad, quedaos con lo que realmente os sirva. No tengáis miedo. Los enlaces siempre estarán ahí y si de verdad los vais a necesitar algún día, los volveréis a encontrar.
Fuera las aplicaciones (igual que las del móvil). No es necesario tener todo lo que esté de moda. ¿De verdad vas a usar la app para buscar setas en el monte?
Cuarta: Kindle y estanterías
¿De verdad vas a volver a releer esos mil libros que tienes en tu libro electrónico o en la estantería?
Vale que hay libros que queremos tener a mano para releerlos, pero no son tantos como imaginas.
En el caso de los digitales, es sencillo: botón de eliminar y haces hueco para más lecturas buenas.
En el caso de los de papel: empieza a apilar en dos columnas los que sí siempre, los que ña y los que nunca más.
Los que siempre: vuelven de nuevo tu estantería.
Los que ña: dale un par de vuelta y piensa si les nominas para salir de tu estantería o si van a expulsión final.
Los que nunca más: eliminados de la estantería.
Ojo, aquí no digo en ningún momento que los tires. Los libros no se tiran. Búscales un segundo hogar, intercámbialos, haz bookcrossing o cédelos a tu biblioteca más cercana.
Vale, creo que aquí es donde el título del post cobra sentido. Que divago y divago y me voy alejando de lo que quiero decir.
Elimina contactos del móvil, de Facebook, Twitter, Instagram y cualquier red social que tengas, así como en la vida ‘real’.
En el móvil: yo tenía la tarjeta del móvil con teléfonos de personas que ni siquiera recuerdo, que anotas diciendo un «Ya te llamaré» y jamás lo he hecho. Había números que ni siquiera sé si seguirán existiendo y personas con las que no tengo relación o llegó el momento de decir adiós.
En Twitter: ¿realmente te interesa lo que suelta una cuenta que ni siquiera saber por qué la sigues? Deja de seguir a todas esas cuentas a las que ni recuerdas desde cuándo no pasas a leer.
En Facebook: no sigas porque te siguen; no des me gusta porque te lo pidan continuamente con mensajes; no aceptes amistades si no vas a hablar con ellas; no entres en grupo por la moda o por el momento en que te encuentres. Seguro que tienes personas-grupos-páginas que aceptaste en un día tonto y jamás has hablado o interactuado. Deja de seguir (si no quieres eliminar a una persona para que no te monte un buen pollo por hacerlo o bloquéala directamente), salte de los grupos o quita las notificaciones para que te llegue todo lo que sí quieres ver. Interactúa con quienes de verdad te apetece tener en tu timeline, así siempre te saldrán esos mensajes o posts que sí quieres leer.
En Instagram: más de lo mismo. Deja egos atrás y céntrate en esas cuentas que te sacan sonrisas, que te gusta su feed o que te apetece tener cerca.
Valoremos la calidad y no la cantidad de amigos y/o seguidores.
Y ahora seguro que os preguntáis: ¿Tú no ibas a hablar de tóxicos?
La definitiva: personas tóxicas
Desgraciadamente estamos en la era más digital hasta ahora y muchas de nuestras relaciones las establecemos en las redes. De ahí que tengamos que hacer limpieza en nuestras cuentas de Facebook, Instagram o Twitter.
Seguro que si os paráis a pensar cada día o cada semana –si hay suerte– encontráis un post de alguien quejándose de su suerte, haciendo amagos de irse de las redes para que le laman el culo las heridas, para que le alaben su forma de pintar, maquillar, cocinar, escribir… O de peleas y riñas por copias, robos, dimes y diretes, en los que entran a dejar la bomba los autores y se alejan para que los palmeros ataquen con sus misiles.
Las personas tóxicas empiezan a robarte la energía con sus constantes problemas (reales o inventados para llamar la atención), que tratan de apagar tu luz pisoteándote, haciéndote quedar mal, mintiendo, apropiándose de tus ideas o trabajos, difundiendo rumores, ayudando a ponerte trabas, empujándote al abismo para que te caigas, minándote tanto diariamente que piensan realmente que vas a tirar la toalla. Personas que te aman en dos minutos y te odian profundamente en uno.
¿Sabes lo que le digo q esas personas?
La vida te seguirá poniendo en el camino personas así, pero poco a poco las irás pillando al vuelo y podrás alejarte de ellas antes de que entren en tu vida y consigan dejar un poco de su mierda cerca de ti.
No tengas pena por decir adiós, ni mucho menos.
Tú no has perdido, a ti te han perdido.
Estás mucho mejor sin esas personas.
Sé que este post no es nada nuevo, no enseña mucho, pero si poco a poco vamos eliminando personas y/o cosas que nos van apagando o no nos sirven, podremos ser más felices, nos centraremos en lo que realmente merece la pena y… que coño, mandar a la mierda es uno de los grandes placeres de esta vida.
Y tú, ¿te animas a hacer esta gran limpieza?
Creo que no hay mejor manera posible de empezar la nueva categoría de la sección de recomendaciones: PELÍCULAS, que en mi opinión, son necesarias, curan y dan vida, que nos hacen sonreír, que nos muestran la magia y los miedos de la vida.
Bohemian Rhapsody o cómo caer –si aún no habías caído– a los pies de la mayor leyenda del rock del planeta.
Bohemian Rhapsody o cómo caer –si aún no habías caído– a los pies de la mayor leyenda del rock del planeta.
Sí, hace mucho tiempo que tenía que haber terminado este post, pero por cosas de la vida, ahora ha sido el momento.
Llevaba unas muy altas expectativas de la película, me esperaba algo grande, un papel del protagonista bueno, canciones que llevo escuchando toda mi vida y una historia algo dura.
«Somos cuatro inadaptados
que tocamos para otros inadaptados,
para los marginados del fondo de la sala
que tampoco encajan en la sociedad».
¡Joder! Me parece la forma más brutal, acertada, directa y jodidamente perfecta para definirnos a todos los que no encajamos, los que alguna vez nos hemos sentido apartados o los inadaptados de este mundo. Freddie fue un pionero en tantas cosas, que solo puedo darle las gracias por tanto.
Se ha dicho todo de la película, de la actuación de Rami (Globo de Oro al mejor actor de drama por Bohemian Rapshody). Creo que quien haya visto la película no le ha visto a él, ha visto a Freddie en todo momento. Exceptuando la altura, que es algo que les diferencia, Rami se ha metido tanto en la papel, lo ha estudiado y venerado tanto, que ha sido un homenaje cada segundo del largometraje. Sigo pensando que es uno de sus mejores papeles, y eso que en Mr. Robot me alucina el chico de la cara singular. Tiene un punto de singular y especial, que me vuelve bastante loca. Lo sé, soy rara y me encanta.
Es esa mirada, esa sonrisa a medias y... No, no tengo que convencer a nadie. Seguro que hay muchas más como yo.
Reconocedlo, os morís por Rami.
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Me alegro mucho de que al final fuese Rami quien encarnase a Freddie y no Sacha Baron Cohen, que sonó fuerte en un primer contacto.
Se ha demostrado que nos hemos hecho mayores porque el "niño" de Jurassic Park sale en la película y ya tiene suficiente pelo en los huevos el pecho para ser el bajista. La misma cara que ponía cuando a su hermana le temblaba la gelatina (a mí me parece que es el primo lejano de Iniesta por sus actuaciones), la tiene en varias de las escenas de la película.
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Tenemos a un rubiales haciendo del batería de la banda, Roger Taylor. La verdad es que es el ligón del grupo, el que da el toque sarcástico e irónico a la banda. Creo que el verdadero Roger es algo así por los documentales que he visto.
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Pero el descubrimiento, el gran descubrimiento de la película, es Gwylim Lee, el actor británico que da vida a Brian May.
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Sí, nena, sabes que seré un gran muso... en algún momento.
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Pero ¿os habéis fijado en esa cara fuera de su personaje? Madre del amor hermoso. Esa nariz angulosa, esa cara de: «Te encanto y lo sabes», Su chulería interpretando y todo el, joder. Muso en primer grado, no hay más que añadir.
Bueno, ya os he dicho que no iba a ser una 'crítica' al uso.
Ahora hablando de la película: si no la habéis visto, no sé a qué esperáis. Es un grandísimo homenaje a Freddie Mercury, a la banda, a las emociones, a los temores más profundos de la vida y a la amistad, que al fin y al cabo, puede con toda la mierda que nos echamos encima.
Lloré, lloré mucho en la película en ciertos pasajes que relata la cinta que no son del todo verídicos, pero que hacen que sientas mucho más. Seguramente sepáis todos los 'errores' o 'alteraciones' que se han hecho de la vida de Freddie. No se separaron por otro contrato de Freddie, se tomo un descanso, no se reunieron solo para el concierto LIVE AID, pero se perdonan estas licencias –al menos yo lo hago–.
Comprensible ya que es una película y se han 'tomado ciertas licencias', y no un biopic en el que se tendrían que haber contado las cosas realmente cómo fueron. Si lo hubiesen hecho así, más de uno se hubiese llevado las manos a la cabeza con esa realidad de Freddie.
Pero una vez llegado al final, ese concierto LIVE AID, esa actuación que tantas veces he visto y ver como Rami le hace su gran homenaje... Doy gracias porque fue como estar en aquel concierto y vivirlo de nuevo.
Gracias por crearla. Personas tan amantes de la música como yo os lo agradecemos.
Freddie, gracias por existir, por crear estas canciones que nos acompañan en la vida, por ser un genio y por hacer pura magia.
Él era uno de esos seres mágicos que siempre vivirán entre nosotros.