«Storm. La tormenta perfecta».
Disponible en Amazon y todas las librerías.
Sinopsis
Samantha arrastra un pasado que la ha convertido en una mujer introvertida y pragmática, que valora el bienestar de su familia y su propia estabilidad por encima de todo lo demás. Cuando recibe una oferta para viajar a Nueva York y participar en una edición especial del prestigioso Premio Pritzker de arquitectura, sabe que aceptar significa dejar atrás el equilibrio por el que lleva años luchando, pero también que es la oportunidad definitiva para impulsar su carrera.
Lo que ignora es que está a punto de adentrarse en un mundo ambicioso y despiadado, que la obligará a emprender su propio descubrimiento personal y, además, a enfrentarse a los sentimientos que le despierta Jack, un hombre atractivo y arrogante que la hará cuestionarse todo en lo que siempre había creído.
Estratega y calculador, Jack tiene muy claros los pasos que debe seguir para hacerse con el Pritzker y no dudará en utilizar todos los medios a su alcance para conseguirlo. Pero en su perfecto plan hay algo con lo que no había contado y que puede poner en riesgo su objetivo: la atracción que siente por Samantha.
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Otra de esas novelas que llevaba en mi Kindle meses y que no había sacado un hueco para leerlo. Hay varias razones para ello. Es que cuando estoy escribiendo una novela, no suelo leer historias del mismo género, por eso de que no se me peguen formas de narrar, interacciones o alguna cosa. Rara que es una. Por lo que cuando tengo tiempo entre novela y novela, devoro libros como si no tuviese tiempo durante el resto del año.
Ha sido todo un placer encontrarme con esta joya, con su autora y con su primera novela. Que, Sandra, si esto es lo que has conseguido con la ópera prima, no sé qué va a ser de las siguientes.
«STORM
LA TORMENTA PERFECTA».
De Sandra Mir.
Una tragedia.
Un viaje.
Unos ojos azules.
Un mundo que ella no conocía.
Una ciudad que él puede poner a sus pies.
«Cinco razones para enamorarse de Sandra Mir, de Jack y Sam, de la arquitectura y de Nueva York».
1. Personajes con aristas.
Aquí no hay un cuento de hadas narrado desde el inicio.
Empieza de una forma que te deja descolocada y vamos avanzando en la historia años después. Me encantaría contaros muchas cosas de ellos, pero creo que os merecéis conocerles, por los que os los voy a definir con una palabra.
Sam: inesperada.
Allison: valiente.
Alan: odioso.
Jules: terremoto.
Danielle: medusa.
Richard: tiburón.
Matt: superadorable.
Jack: … Es que este se merece una razón propia. Lo siento, soy muy débil con personajes como él.
2. Jack Sullivan.
Muy débil.
Lo admito.
Lo reconozco.
Pero es que con protagonistas masculinos como él, soy una débil por muchas razones.
Uno: su imagen apareció en mi cabeza muy clara, el señor que sale en bañador blanco en una lancha en Capri. Él es el protagonista. Pues hombre, a mí ya me pones a Mr. Gandy de prota y yo ya me vuelvo loca. Es una debilidad la que siento por él. Desde hace años, muchos años, desde que empecé la historia de mi blog. Así que imaginad.
Dos: a mí lo del tipo duro, pero que se le caen los gayumbos con una chica que se le escapa de las manos. Alguien que sabe que le va a poner la vida patas arriba.
Tres: el tema jefe-empleada, pensaba que me iba a resultar más de lo mismo, pero Sandra ha conseguido que no sea así con mucha maestría. Es más, me ha molado mucho ese tira y afloja en la oficina.
Cuatro: que es un personaje muy bien perfilado y con un tono que me ha encantado. Es autoritario, pero suave; es dulce y sensual; es un jodido empotrador. (Véase la quinta razón para más datos).
Cinco: la relación explosiva con Sam, cómo la va descubriendo y cómo ella se va enfrentando a sus miedos y a sus prejuicios, hacen una pareja explosiva. No es que ella sea una mojigata, ni mucho menos, pero los dos son vértices que acaban confluyendo en un mismo lugar: el deseo.
Os dejo un gif para que le pongáis cara y me digáis si no es un muy buen aliciente leer esta novela con este cuerpo hombre Dios en la cabeza constantemente.
Que si no lo queréis, yo ya le tengo el hueco hecho en mi Valhalla particular. En una cama de 1.80 entramos muchos.
3. Nueva York.
A quienes os flipe esta ciudad y hayáis podido visitarla, os hará de nuevo caminar por sus calles. Y volver a Nueva York, ya sea presencialmente o en un libro, siempre es una gran idea.
Sobre todo volver a Brooklyn, ver el impresionante puente, el skyline del distrito financiero.
La primera vez que el skyline de Manhattan apareció ante mí al levantar la vista del taxi, fue la misma sensación de Sam. Me he sentido tan identificada con ella con ese abismo al que se asoma en la gran ciudad…
Porque, hay que decir la verdad, Nueva York es un personaje más en las novelas. Al menos a mí me parecen igual de importantes las localizaciones como los personajes reales. Seré de esas tontas a las que les gusta visualizar todo lo que leen. Ser una espectadora en Manhattan, en Brooklyn, en ese parque privado o en esa discoteca que… (Véase la quinta razón para más datos).
4. La intriga.
Que no solo es la ciudad, los personajes y el prota masculino.
No.
Sandra no se queda ahí.
El tema va sobre algo más.
Sobre mucho más.
No doy pistas porque quiero que descubráis todo.
Pero os aseguro que hay intriga de la buena y que os va a encantar eso.
5. La tensión sexual.
Bien sabéis que no soy de erótica, pero de vez en cuando encontrarme escenas como las de esta novela, como que te alegran el… alma y lo que no es el alma, bonitas. Que os digo yo que el primer encuentro os flipará, el segundo os dejará con ganas de más, pero el de la discoteca… Ay, el de la discoteca. Sigo aplaudiendo por cómo actuaron ambos, os lo puedo asegurar.
Y lo demás lo descubriréis poco a poco, como las buenas cosas, las que se cuecen lentamente, van tomando temperatura y acaban siendo un polvazo de los buenos, de los que recuerdas y de los que sonríes al leerlo. Y que te alegran el alma.
Y si con todo esto no te he convencido, añado algo más. Yo no tengo ni idea de temas de arquitectura, pero Sandra ha conseguido hacerme ser parte de esos pensamientos de Sam, ser una de sus estudiantes que la observan con ganas de seguir aprendiendo de un coco como ella.
Gracias por conseguir que un tema que a mí me parece tan complicado, se me haga ameno y normal. Entendamos que ahora no me voy a poner a diseñar un edificio, eso se lo dejo a mi prima, la arquitecta de honor de la familia.